sábado, 27 de marzo de 2010

PLAN DE SALVACION 2

textoPLAN DE SALVACIÓN 1

con textoPLAN DE SALVACIÓN 1




Nadie puede gozar de las bendiciones de Dios ni ir al cielo sin ser salvo. Jesús le dijo a Nicodemo en Juan 3:7, “Os es necesario nacer de nuevo”. En su Palabra Dios nos describe el único plan de salvación. El plan es sencillo. Tú puedes ser salvo hoy. En primer lugar, debes reconocer que eres pecador. “No hay justo, ni aun uno”, (Romanos 3:10) “No hay diferencia, por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:22-23)



No puedes ser salvo a menos que reconozcas que eres pecador. Por cuanto eres pecador, estás condenado a la muerte. “Porque la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23) “El pecado da a luz la muerte” (Santiago 1:15)



Esto significa separación de Dios, en el infierno por siempre. Sin embargo, Dios te amó de tal manera que dio a su Hijo unigénito, Jesucristo, como tu sustituto. Jesucristo cargó con tu pecado y murió en tu lugar. “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él” (2 Corintios 5:21). “Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por su herida fuisteis sanados” (1 Pedro 2:24)



Jesús tuvo que morir y derramar su sangre “Porque la vida de la carne en la sangre está” (Levítico 17:11) “Sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9:22)



El carcelero de Filipos les preguntó a Pablo y a Silas: “¿Qué debo hacer para ser salvo?”. Ellos respondieron: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo, tú y tu casa” (Hechos 16:31) Simplemente cree en que Él cargó con tu pecado, murió en tu lugar, fue sepultado y resucitó para justificación. Luego invócalo. “Porque cualquiera que invocare el nombre del Señor será salvo” (Romanos 10:13)



En Lucas 18:13 encontramos las primeras palabras que un pecador debe orar: “Dios, sé propicio a mí, pecador”.



Tú eres un pecador y seguramente estás arrepentido. Ahora mismo, dondequiera que estés, eleva una oración a Dios. No tiene que ser una oración extensa o en voz alta, ya que Dios está ansioso de salvarte. Sólo tienes que decir: “Oh, Dios, soy un pecador. Perdóname, estoy arrepentido, ten misericordia de mí y sálvame en el nombre de Jesús”. Ahora sólo cree en su Palabra. “Porque cualquiera que invocare el nombre del Señor será salvo” (Romanos 10:13)



El plan de salvación es sencillo: tú eres un pecador, y por serlo debes morir o creer en Jesús como tu sustituto, quien murió en tu lugar, fue sepultado y resucitó de entre los muertos. Invoca el nombre de Dios, reconócete pecador y pídele tenga misericordia de ti y te salve en el nombre de Jesús. Entonces cree en su Palabra y declárate salvo por fe.



Seguramente dirás que esto no es todo para ser salvo, pero si lo es; eso es absolutamente todo. Gracias a Dios muchos han confiado en Cristo a través de este sencillo plan. Esto está escrito. Es el plan de Dios. Créelo y síguelo. Ahora es el tiempo de hacerlo, hoy es el día de salvación. “Ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de salvación” (2 Corintios 6:2) “No te jactes del día de mañana; porque no sabes que dará de sí el día” (Proverbios 27:1)



Si no has comprendido, lee estas palabras varias veces hasta que logres comprenderlas. No lo deseches hasta que lo entiendas. Tu alma vale más que todos los tesoros del mundo. “¿Pues de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero y perder el alma? ¿Qué recompensa dará el hombre por su alma?.” (Marcos 8:36-37)



Sobre todas las cosas asegúrate de ser salvo. Si pierdes tu alma también perderás el cielo, lo perderás todo. Que Dios te ayude.
¿Por qué necesito que Jesucristo sea mi Salvador?




Para permitirle el paso a través de las puertas del cielo usted necesita tener removidos todos sus pecados, y el único limpiador industrial poderoso que es lo suficientemente fuerte para remover completamente las manchas del pecado, es la sangre de Jesucristo. Puede decirse que el cielo es parecido a los “cuartos limpios” donde las compañías de computadoras producen sus microchips, y el pecado es como cualquier polvo o suciedad que podría intentar encontrar su camino dentro de uno de estos cuartos.



El proceso de manufactura de los microchips requiere de “cuartos limpios”, que deben ser absolutamente inmaculados, teniendo virtualmente cero polvo flotante o partículas de suciedad que pudieran dañar los delicados microchips.



Porque los humanos están contaminados naturalmente con toda clase de suciedad y partículas de polvo, cuando los trabajadores ingresan a uno de estos “cuartos limpios” necesitan utilizar un traje especial que prevenga que ellos despidan partículas.



Para prevenir que el cielo se contamine con partículas de pecado, Dios ha establecido el requerimiento de que cualquiera que desee ingresar en Su morada inmaculada, necesita ser cubierto por la sangre de Jesús. El proceso de descontaminación de pecado es muy simple –usted simplemente pídale a Jesucristo, el Hijo de Dios, que lo haga. Primero, admita su condición de pecador. A continuación, pídale a Jesús que le perdone sus faltas. Finalmente, haga a Jesucristo Señor de su vida, sometiendo su voluntad a Él.



Por su muerte en la cruz, Jesús ha hecho posible que a cada uno de nosotros le sea otorgado un perdón completo de las penas de una condenación eterna. La razón por la que tan poca gente acepta este perdón es porque ellos no piensan que necesitan un Salvador, o que ellos desean encontrar su propio camino de salvación.



"Entonces Jesús dijo a sus discípulos: si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de Mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? (Mateo 16:24-26)



"...que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” (Romanos 10:9-10).



"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. " (Juan 3:16).

JESUS ANUNCIA SU REGRESO

Jesus anunció que regresaría






Cuando hablo acerca del arrebatamiento y de los eventos mundiales con gente incrédula, 90% de ellos concuerda con la validez de las profecías de la Biblia. La mayoría de ellos aún admiten que nosotros nos dirigimos hacia la hora de la tribulación. Si intentas decirles que nosotros probablemente estamos acercándonos al final, ahí es donde tu obtienes una fuerte oposición de ellos. “No en nuestro tiempo”, es la respuesta promedio que recibo.



Yo siempre trato de razonar con las personas diciendo, “Tú estás de acuerdo en que Jesús regresará, y la probabilidad de Su regreso sólo se incrementa cada año. Ya que no hay nada que le impida que regrese, ¿por qué no al menos estar abierto a la posibilidad?”



Hay una gran porción de la población que rehúsa enérgicamente considerar la perspectiva de que la profecía está siendo cumplida en nuestra generación. Con toda honestidad, estas personas probablemente tengan una buena razón para no desear ver el fin de los tiempos. El inicio de la tribulación marcaría su destino.



En la mayoría de las guerras donde hay dos fuerzas principales peleando entre sí, históricamente es muy común tener combatientes dándose cuenta que están en el lado perdedor y entonces huyen al lado que está ganando la guerra. Esto es cierto particularmente en conflictos entre tribus.



Si tú no estas en el campo de Jesús, estás en el equipo perdedor. En este tiempo, los pecadores aún tienen la oportunidad de abandonar su lealtad a Satanás y reclutarse a sí mismos como soldados en el ejército de Dios. Cuando Jesús regrese a la tierra, para algunos será demasiado tarde para cambiar de bando.



Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie? (Apocalipsis 6:15-17)
Abominación desoladora: Cuando el Anticristo se siente en el Templo judío reconstruido y declare ser Dios, entonces empezará la Gran Tribulación de 42 meses. Se ordenan a los judíos que viven en Israel que huyan al desierto ante la ocurrencia de este evento. Todos los santos de la tribulación sabrán, que a partir de ese día deben esperar 1,260 días para ver a Cristo regresar en las nubes en la Segunda Venida. (Ver Daniel 9:27; Daniel 11:31 y Mateo 24:15-19




Amilenialismo (El prefijo "a" significa "no"). La creencia de que no habrá ningún reino de 1,000 años. Esta posición es sostenida por los "cristianos" liberales. Los Amilenialistas toman Apocalipsis 20 simbólicamente, no literalmente. Los Amilenialistas generalmente creen que Israel ha sido echado permanentemente a un lado para siempre y que el plan de salvación solamente corresponde a la Iglesia.

La Atlántida y el Diluvio de Noé

La Atlántida y el Diluvio de Noé

CRS - Creation Research Society)




Más de 140 culturas antiguas diferentes tienen una "historia del Diluvio", desde las leyendas del Gilgamesh entre los antiguos Sumerios, pasando por las leyendas de los antiguos Babilonios, hasta las leyendas del Continente Perdido de Atlántida entre los antiguos griegos, así como las historias de los indios y chinos. Sin embargo, estas leyendas no están conectadas entre sí históricamente, lo que hace que la única explicación posible sea que estas "leyendas" se transmitieron de generación en generación a través de personas que presenciaron el Diluvio
CRS - Creation Research Society)




Más de 140 culturas antiguas diferentes tienen una "historia del Diluvio", desde las leyendas del Gilgamesh entre los antiguos Sumerios, pasando por las leyendas de los antiguos Babilonios, hasta las leyendas del Continente Perdido de Atlántida entre los antiguos griegos, así como las historias de los indios y chinos. Sin embargo, estas leyendas no están conectadas entre sí históricamente, lo que hace que la única explicación posible sea que estas "leyendas" se transmitieron de generación en generación a través de personas que presenciaron el Diluvio