En el libro de Job 1.6 leemos: “Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás”. Luego en Juan 1:12 dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, (de Jesús) les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”.
No podemos hablar de lo que aconteció en los días de Noé, sin mencionar “los hijos de Dios”, y cuál fue el motivo por el cual Dios tomara la decisión de destruir con el diluvio a todo ser viviente.
Comenzaremos con decir que la palabra, nos da a conocer la decisión de Dios de destruir a todo ser viviente de la tierra. En Génesis 6.7 dice: “Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Esto no quiere decir que Dios se arrepintió de haber hecho a la pareja humana, por no haberlo pensado bien. Sino por el acoso satánico hacia el hombre, con la consecuencia de que ahora tenía que tomar medidas para castigar toda esa generación.
Al manifestar esa decisión, comienza a dar una pequeña luz de la razón, al decir en Génesis 6.2: “Los hijos de Dios vieron que las hijas del hombre eran hermosas, y tomaron para sí mujeres de entre todas las que habían escogido. Entonces dijo YHVH: Mi Espíritu no permanecerá para siempre con el hombre, pues ciertamente él es carne, y sus días serán ciento veinte años”.
Aparentemente al leer el relato de lo que estaba aconteciendo, no se note nada extraño, ya que en ese tiempo no existía ley alguna que prohibiera la unión entre hermanos o parientes. Solamente cuando nos detenemos a meditar e investigar con entereza quienes eran estos “hijos de Dios” y cuál fue el motivo para que Dios destruyera a todo ser viviente; es que se puede entender lo que el relato quiere trasmitirnos para nuestra erudición en la palabra.
Los hijos de Dios.
La correcta interpretación de la frase los hijos de Dios ha traído controversias entre estudiosos de Su palabra, debido a que algunos creen por algunas enseñanzas tradicionales que estos eran descendientes de Set, el tercer hijo de Adán. Mientras otros afirman que eran ángeles, seres creados directamente por Dios. Ya que los nacidos después de Adán la palabra los denomina " hijos o hijas de los hombres", cosa que veremos más adelante.
La afirmación de que eran hijos de Set se debió, al hecho que en el siglo IV surgieron dos doctrinas extra bíblicas; y para sostenerlas se vieron obligados a decir que esos hijos de Dios en Génesis 6.2 eran hijos de Set, con el fin de sostener y apoyar esas falsas enseñanzas no establecidas en la palabra de Dios. Más adelante explicaremos estas falsas doctrinas.
Algunos estudiosos de las escrituras interpretan, y enseñan que esos hijos de Dios, eran descendientes de Set, tercer hijo de Adán. Y que las “hijas de los hombres” eran de la descendencia de Caín, su primer hijo.
No se puede estar absolutamente de acuerdo con esa enseñanza, ni los motivos que se pudieran dar para sostener esa teoría, ya que la palabra de Dios tampoco la respaldan. Tengamos siempre presente que todo criterio de interpretación bíblica, tiene por regla general estar basada en la infalible y total exactitud de la palabra de Dios. En efecto, el salmo 119:160 dice: "La suma de tu Palabra es verdad.” Dicho de otra manera, una teoría tiene que coincidir con todos los escritos de la Biblia.
La tradición y algunas enseñanzas, se han grabado por años en las mentes de algunos creyentes, que nunca se han preocupado por escudriñar, si esas enseñanzas están o no en concordancia, con "esa suma de la palabra de Dios". A veces cuando se les presenta una nueva explicación diferente a la que se le enseñó, defienden con vehemencia sus puntos de vista, por el simple hecho de no coincidir con las previas enseñanzas, doctrinas, u opiniones. Aunque se les demuestre que los argumentos de la nueva teoría, están de acuerdo con los escritos de la palabra de Dios. Con razón Jesús dijo: “Porque dejando el mandamiento (la palabra) de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres”. Mateo 7.8
Estos creyentes que defienden tradiciones, deberían adoptar el consejo del apóstol Santiago 1.19 que dice: “Todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse”. También la palabra de Dios resalta la nobleza de los Bereanos, que al oír las enseñanzas de Pablo y Silas, que eran nuevas para ellos, comenzaron a escudriñar cada día las escrituras para ver si esas enseñanzas eran ciertas; mientras los de Tesalónica alborotaron la sinagoga y la ciudad. Hay mucho que aprender de este relato de Hechos 17.
Comenzaremos explicando que el título “Bne-Ha-Elohim” o “hijos de Dios” no tiene el mismo significado en el antiguo pacto, como lo tiene en el nuevo. En el nuevo se aplica a todos aquellos, que por el nuevo nacimiento llegan a ser “hijos de Dios”. Así lo determina el texto que citamos a continuación en Juan 1:12 que dice: "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, (de Jesús) les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios".
Mientras en el antiguo pacto se denominan como hijos de Dios, única y exclusivamente a los seres que existen por el acto creativo y soberano de Dios; sean estos Ángeles, Arcángeles, Serafines, Querubines, u otros que posiblemente no han sido revelados. A estos seres la palabra los define como “hijos de Dios”, independientemente de que estén con Dios o en contra; como en el caso de Satanás y sus ángeles. Ya que estos como se dijo, la palabra los define de esta manera, por haber sido creados directamente por Dios.
A estos, la palabra de Dios los presenta como hijos de Dios por dos razones, una porque estos son seres vivientes creados directamente por él y para él, y dos, por generalizarlos y no estar clasificándolos cada vez que tiene que nombrarlos; por ser de varias categorías. Por ejemplo en Job 1:6 Generalizándolos, dice: “Un día vinieron a presentarse delante de YHVH los hijos de Dios, y entre los cuales vino también Satanás”. De otra manera tendría que haber dicho: “Un día vinieron a presentarse delante de Dios, los Ángeles, Arcángeles, Querubines, Serafines etc., y entre ellos vino también Satanás “que es también un hijo de Dios.
La frase “hijos de Dios” aparece seis veces en La Biblia, con la característica de seres creados, cinco en el antiguo pacto y una en el nuevo; en Génesis 6:2 y 4 en Job 1:6, 2:1, 38:7 y por último para que veamos, como Dios no descuida ningún detalle y para facilitar a los que queremos aprender de su palabra; en Lucas 3:38 confirma esta teoría, de que los “hijos de Dios” son todos los seres pertenecientes a su directa creación, nombra al único hombre que también fue creado por él; y por lo tanto es un “hijo de Dios” por ser producto de su creatividad, cuando Lucas da la genealogía al revés, desde Jesús hasta Adán termina diciendo hijo de “de Enós, de Set, de Adán, de Dios”.
(Aunque algunos, con el fin defender sus teorías, atribuyen esa afirmación “hijo de Dios” a Jesucristo, forzando la sencilla interpretación del contexto; cuyo propósito no es otra cosa que el de relatar una descendencia que inició con Adán como un “hijo de Dios” creado directamente por su voluntad).
Como podemos ver, existe una gran diferencia entre el significado de esa frase, entre el antiguo pacto y el nuevo. Pero para Dios tiene el mismo valor, y la misma aceptación; porque para Él todo ser viviente tiene una invalorable importancia, a tal punto que no escatimó en dar la vida de su hijo Jesús para redimirnos, de manera que creyendo en él, se llega a tener el privilegio de ser hechos hijos de Dios. Así que, tanto los seres que creó como los que han sido adoptados, tienen para Él el mismo valor. Gálatas 4.4 confirma lo expuesto diciendo: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley a fin de que recibiésemos la adopción de hijos”.
Por supuesto que también en el nuevo pacto y por el nuevo nacimiento del Espíritu, a los que creen en Jesucristo, se les concede la potestad de ser hecho hijos de Dios. Y simbólicamente por el bautismo se muere para este mundo (por haber nacido en pecado) y se tiene un nuevo nacimiento como hijos de Dios. En Juan 1.12 dice: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”.
Los hijos de los hombres.
Es importante recalcar que la frase “hijos de Dios”, denota a seres que existen únicamente por el proceso creativo de Dios; cómo se especificó anteriormente. Tanto para los que pertenecen a ese mundo espiritual, como también para Adán, nombrado en Lucas 3:38.
Pero Los hijos que nacen de manera natural después de Adán, la palabra los denomina hijos de los hombres, estableciendo así una diferencia. En Génesis 5:1 lo enseña diciendo: “El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo”. Mientras los que fueron engendrados después de Adán; nacieron a su semejanza según leemos en Génesis 5:3 que dice: “Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen”. De manera que todos los nacidos desde Adán por generación natural son llamados “hijos o hijas de los hombres;” cosa que se puede leer en Génesis 6.2, 6.4 y 11.5 donde los denomina de esa manera.
Retomando la controversia de la creencia que esos “hijos de Dios” eran los que pertenecían a la descendencia de Set; y las mujeres a la de Caín: ¿Por qué Moisés al escribir el Pentateuco inspirado por Dios no los diferencia de una vez, ya que los generaliza a todos sin hacer una diferencia entre las dos generaciones? Porque en génesis 6.1-2 dice: “Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas”. La pregunta que surge es: ¿Por qué no los diferenció de una vez, entre “Hijos de Set, y las Hijas de Caín, si eso era lo que quería trasmitirnos?
La otra pregunta que viene al caso es: ¿Acaso en ese tiempo había alguna ley que impidiera casarse entre hermanos y hermanas de diferente linaje? Cuando Moisés generaliza con la frase las hijas de los hombres eran hermosas, ¿No es absurdo pensar que las hijas de Caín, eran más hermosas físicamente que las hijas de Set?
No hay ninguna base bíblica para sostener la teoría de que esos hijos de Dios en Génesis 6 eran los hijos de la generación de Set, como tampoco la suposición de que las hijas de Caín tenían encantos físicos especiales, que no poseían las hijas de Set. Toda esa argumentación se esgrime sin una sola base bíblica y con el fin expuesto anteriormente. Fácilmente Moisés hubiera podido escribir, y aclarar esa situación diciendo: Cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la tierra, el linaje o la descendencia de Set, viendo que las hijas de la descendencia de Caín eran hermosas, tomaron para sí mujeres escogiendo entre todas.
La razón por la cual se difundió esa teoría.
Ahora que tenemos una idea más clara con las anteriores explicaciones, y la diferencia entre el antiguo y el nuevo pacto, de la frase “hijos de Dios”; se aclara, el origen del porque se enseñó por mucho tiempo que los tales hijos de Dios en el libro de Génesis 6, eran hijos de la descendencia de Set, tercer hijo varón de Adán; Y no ángeles seres creados por Dios. Este tema ha sido causa de polémicas interpretativas entre creyentes. Ya hemos leído lo que dice en Génesis 6.1”Aconteció que cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la tierra y les nacieron hijas.
Refiriéndose a este pasaje el escritor hermano Clarence Larkin, en su libro The Spirit World argumenta lo siguiente sobre las razones por la cual se comenzó a enseñar que los “hijos de Dios” eran de la descendencia de Set, tercer hijo de Adán. Él lo explica de la siguiente manera: “La sinagoga Judía antigua enseñaba que los “hijos de Dios” en Génesis 6.1, 4 eran ángeles, antes y durante el tiempo de Cristo en la tierra. La iglesia cristiana, sostenía la misma creencia hasta el siglo cuarto (IV) cuando comenzó a llamarlos “hijos de Set.” Este cambio se debió a dos razones. Primero, porque se introdujo la adoración de los ángeles.
Evidentemente, si los hijos de Dios de génesis 6.1, 4 eran ángeles que se unieron a la especie humana; eso afectaría el culto a los ángeles, ya que ellos eran seres que estaban expuestos a caer. Y segundo, porque se comenzó a enseñar y a exigir el celibato en la iglesia católica; por supuesto, si se enseñaba que los ángeles en el cielo no se casaban; pero que algunos de ellos fueron seducidos por la hermosura de las mujeres hijas de los hombres, y las tomaron para satisfacer sus deseos amorosos. De ser así con más razón se tendría, que perdonar a los sacerdotes que le imponían el celibato, si acaso fuesen seducidos en la misma forma”. Cosa que claramente acontece con frecuencia en la actualidad”. Debido a ese problema optaron por decir que eran hijos de Set para poder justificar sus doctrinas de hombre.
Resumen.
Como ya se mencionó, no hay ninguna base bíblica para sostener la teoría, que esos “hijos de Dios” en Génesis 6, eran los hijos de la generación de Set. Como tampoco es de suponer que las hijas de la línea de Caín eran más hermosas, o tenían encantos físicos especiales, que no poseían las hijas de Set; que atraían a los varones de la línea de Set. Toda esa argumentación sin una sola base bíblica, la idearon esos teólogos, desviados de la verdad para que pudieran sostener esas doctrinas espurias, de la adoración a los ángeles y el celibato católico; creencias que no se encuentran en la palabra de Dios. Más adelante podremos ver cómo la misma palabra aclara que esos “hijos de Dios” eran ángeles.
Con las anteriores explicaciones, deberíamos tener una idea más clara, de la diferencia de la frase "hijos de Dios" entre el antiguo y el nuevo pacto, y el origen del porque se enseñó por mucho tiempo que los tales hijos de Dios en el libro de Génesis 6, eran hijos de la descendencia de Set.
Revive la correcta interpretación.
Ya en el siglo diez y ocho revivió la “interpretación angélica”, cosa que es aceptada por muchos eruditos bíblicos hasta el día de hoy. Algunos creyentes que no comparten que estos sean ángeles, por desconocer su origen, a estos aunque se les demuestre que es una enseñanza bíblica, se les dificulta creer la teoría que esos eran ángeles. Lo primero que ellos esgrimen es, “que la palabra de Dios afirma que los ángeles son asexuales, y en cielo no se casan ni se dan en casamiento.” Aunque este argumento sea completamente válido, se le dificulta entender que lo que aconteció en ese tiempo del diluvio; no se puede aplicar, a lo que enseñó el Señor en esa ocasión sobre los ángeles.
Ya que este hecho no se refiere a un acontecimiento que tuvo lugar en el cielo; sino de algo que aconteció en la tierra y la palabra de Dios lo confirma que fueron los “hijos de Dios” (ángeles) que abandonaron su morada (en el cielo) para involucrarse en esa aventura que tuvo lugar aquí en la tierra con el propósito de contaminar la raza humana.
Donde un grupo de ángeles (cuyo número desconocemos) de alguna manera, se prestaron para ese plan, humanándose o posesionándose de cuerpos humanos, y forma de hombre; que con astucia lograron seducir a las mujeres usando de ellas. Nótese que la palabra de Dios no especifica si esas “hijas de los hombres” eran de la línea de Caín o de Set. Sólo podemos entrever en todo esto un plan diabólico para destruir la raza humana.
Se tratará de explicar esto lo más claro posible, para que se pueda entender el verdadero alcance de ese gravísimo acontecimiento. El cual no se trata solamente de que si eran ángeles, o hijos de Set, sino de algo mucho más grave que indujo a Dios a tomar esa histórica decisión, obligándole a que interviniera ya que esa contaminación no daba lugar a que se pudiera revertir.
Es bueno antes de continuar aclarar lo siguiente, no es que esto tomó a Dios por sorpresa; porque Él permite a los que luchan en contra de su voluntad, y no le obedecen; de usar todas sus artimañas, para luego demostrarle que es inútil luchar en su contra. Ya que Él tiene el dominio de todas las cosas, y es el único y todo poderoso Dios. Todos los que se empeñan en luchar para anular desbaratar sus propósitos, sólo pueden lograr demorar sus planes, pero seguramente todas esas argucias se les revertirán en contra de ellos mismo.
Ellos vieron que el plan era genial no había manera de pararlo, y esto ocasionaría que el Redentor prometido no podría nacer, Dios dejó correr las cosas hasta que actuó. Satanás no podía saber, ni contaba con el diluvio, ni con la familia de Noé que era “sin defecto en sus generaciones”. Bien ya sabemos que los ángeles que participaron en ese evento fueron castigados y guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día. Satanás como el autor intelectual, no fue castigado porque no se involucró en ese episodio, él promueve y envía; sabe cómo cuidarse porque por la sabiduría que le fue dada sabe muy bien quien es Dios.
Cual eras el plan oculto de todo esto.
El objetivo, de esas uniones ilícitas era, un segundo intento de Satanás, para impedir el nacimiento del Redentor. Como él no conocía los planes de Dios, su primer intento fue pensar que Abel era el canal de esa simiente de la mujer que le aplastaría la cabeza. De manera que al no obedecer Caín el consejo dado por Dios de hacer el bien, le dio lugar al enemigo para que lo indujera a matar a su hermano Abel de donde vendría el Salvador.
Con este otro plan pensaba contaminar con carne extraña toda la raza humana, con el fin de impedir esa sentencia, proferida por Dios en su contra; que de la simiente de la mujer, vendría Aquel que lo heriría en la cabeza. El objetivo satánico era imposibilitar el nacimiento de ese Ser, que en Génesis 3.14-15 le dijo Dios:…“Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”.
El plan como se dijo, consistía en impedir el nacimiento del Redentor; viéndolo del punto de vista humano, se podría decir que casi logra su objetivo; sin embargo él que no duerme y tiene el control de todo, escogió un hombre, Noé y su familia, que hallaron su gracia, por haber caminado y confiando en Él. A Dios gracias también nosotros por su misericordia fuimos librados de las consecuencias de ese plan diabólico.
De esa manera Noé, como dice en Hebreos 11, por su fe condenó a todos los de esa generación; sean descendientes de Caín, como los de Set, salvándose él y su familia por la misericordia de Dios.
Aparte de todo esto que se ha expuesto hasta el momento hay que entender lo que realmente aconteció, y lo grave de esa situación, aún con las pocas palabras del relato bíblico de Génesis 6. Ya que por la gravedad de la situación; Dios tomó la decisión de destruir con el diluvio a todo ser viviente. Tenía que haber una razón muy grave que no era solamente la cuestión del pecado que había entrado en el mundo; ya que para eso Dios había provisto de antemano un Redentor.
La razón era que ese evento estaba poniendo en peligro su plan redentor para preservar la integridad de la simiente la mujer por donde nacería el Mesías; protegiéndola de la simiente de la serpiente. Ese tiene que haber sido el motivo por el cual Dios llegara a tomar esa decisión.
Lo que algunos estudiosos de las escrituras suponemos que aconteció fue lo siguiente: Esos “hijos de Dios” (ángeles) del relato, desde la morada que se les asignó en el cielo, veían como los hombres tenían relaciones con las mujeres y estas procreaban. Esta procreación para ellos les dio la idea que podía ser degenerada al unirlas con carne extraña.
De allí que Satanás propondría un plan que sería, el de participar físicamente en esa procreación para interferir entre la simiente de la mujer y su simiente mezclándola; ya que de esa manera sería modificado su ADN. Contaminando así la línea por donde iba a nacer Aquel que lo heriría en la cabeza, quitándole su imperio sobre el hombre. Seguramente un grupo de ángeles se ofrecieron para ejecutar el plan, sin saber lo que le esperaba como castigo por la reacción Divina.
No importándoles a ellos su “segura morada” ni su dignidad, por ser criaturas con un conocimiento más elevado, de lo que podía tener la raza humana, se ofrecieron para poner en marcha ese plan preconcebido por su líder el diablo. Todo con el fin de procrear y tener hijos por medio de esas relaciones de seres extraños, al unirse con las hijas de los hombres, y contaminar de esta manera la raza humana; así que, tomando apariencia de hombre sedujeron y fornicaron con todas ellas.
Seguramente esto conduciría a un caos entre una generación de hijos de ángeles, no sujetos a la muerte con, otra generación de hijos e hijas de los hombres; sujetos a la muerte. De esa manera hubiera sido imposible que el salvador naciera de mezcla de carne extraña, con el nacimiento de híbridos procedentes del cruce de dos organismos de razas, especies o subespecies distintas, las cuales no se reproducen entre sí.
Podemos decir que en parte logró destruir esa generación, solo que Dios como siempre tenía su recurso y es este caso extendió su gracias hacia Noé y su familia. Igual cuando Elías le dijo que sólo él quedaba de los profetas, Dios le respondió 1Rey 19.18: “Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron”.
Viendo Dios que le dieron cabida a este hecho contra natura, tomó la decisión de raer de sobre la faz de la tierra, a todo ser viviente; para reiniciar con Noé y su familia una generación nueva. Siendo él como lo revela la palabra de Dios un hombre de sana conducta, temeroso de Dios y obediente. Meditemos solamente en esto: De haber prosperado ese plan diabólico, y de haberse extinguido la familia de Noé, ese suceso hubiera impedido tanto el nacimiento del Redentor, como la redención del hombre.
De manera que para Lucifer y los ángeles rebeldes como castigo para ellos preparó un lago de fuego donde estarían allí eternamente. Mientras a la pareja humana y su descendencia aunque merecían el mismo castigo, les enviaría el socorro que pagaría el precio para rescatar a la humanidad de la esclavitud del pecado y de las manos de Satanás; como tizones sacados del fuego. En efecto en Hebreos 2.16 dice: Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Aunque ese libro y la promesa fueron para los hebreos, todos lo de la fe somos hijos de Abraham.
Fue así que Dios para abortar ese plan, tomó la decisión de destruir a todos los seres vivientes de esa época con el diluvio. Quedando sólo Noé y su familia, que se guardaron de no contaminarse con esas uniones extrañas, dando Dios testimonio que él y su familia no participaron de esos hechos según Génesis 6.9 que dice “Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé”. Esto es lo que nos revela la palabra de Dios, a parte de esas uniones extrañas.
Realmente sin la aclaratoria que nos proporcionan Judas y Pedro en sus escritos, sería difícil poder entender todo lo acontecido en esa época ya que no hay en el libro de Génesis suficiente información para poder entender todo lo que aconteció en ese tiempo, como los motivos.
Comenzaremos con mencionar, que la palabra de Dios nos explica algo acerca de esos ángeles de Génesis 6. En la epístola de Judas verso 6 y 7 que dice: “y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día. Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales “de la misma manera que aquellos " habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza fueron puestos por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno”. Este grupo de ángeles que participaron en ese plan, no pudiendo regresar a la anterior morada, sus espíritus fueron enviados al abismo o tártaro. Este es un sitio de espera donde todos ellos, están aguardando el juicio del gran día. Más adelante se darán otros detalles sobre ese sitio.
Es de suponer, que este suficientemente claro que al mencionar “aquellos” en el anterior versículo se está refiriendo a esos ángeles que fornicaron escogiendo entre todas las mujeres. Como tampoco sea muy difícil poder entender a quienes se refiere la Palabra de Dios con la frase “de la misma manera que aquellos.” (Es decir los ángeles) Si recomponemos la frase cambiando la palabra “aquellos” por “ángeles,” se podría entender mejor lo que el versículo nos quiere enseñar, y se leería de la siguiente manera:
“Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza fueron puestos por ejemplo; los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día”.
Luego el apóstol agrega para aclarar aún más en 2 Pedro 2:4:…“Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al tártaro los entregó a prisiones de oscuridad para ser reservados al juicio. (Tártaro es un profundo abismo usado como una mazmorra de sufrimiento y una prisión para esos espíritus)
Este pasaje aclara que está refiriéndose a hechos ocurridos antes de la época anti diluviana. Y no se deben confundir con aquellos ángeles que están todavía en el cielo, y que en un futuro serán arrojados de allí juntos a Satanás, como lo afirma Apo.12.9. Sino a un grupo que dejó su morada que se les asignó (el cielo) y lo abandonaron como tampoco guardaron su dignidad siendo seres con mayor conocimiento.
El escritor Clarence Larkin en su libro The Spirit World (p.23) distingue entre los ángeles caídos atados en prisiones, y los que están todavía libres; luego de citar Judas 6 y 7 concluye diciendo: Que esos ángeles encadenados en prisiones, están allí por haber tenido relaciones sexuales con mujeres de la raza humana. El agrega que estos ángeles en prisiones, no son los mismos de los que andan todavía libres como su jefe Satanás, sino solamente un grupo de ellos.
Al leer el capítulo 12 de Apocalipsis, podemos apreciar que en un futuro no muy lejano en el cielo tendrá lugar un evento donde Satanás y sus ángeles lucharán, posiblemente defendiendo su posición en el cielo ya que el desenlace final será la expulsión de todos ellos de esos lugares celestes.
Es probable que esa lucha de Satanás y sus ángeles de permanencer en el cielo se deba a que mientras estén allí como su actual morada, ese lugar es para ellos como un refugio donde no se les aplica el castigo. Donde pueden disfrutar todavía de una relativa y condicional libertad, con la esperanza de que su líder los pueda sacar de ese problema de rebelión en que los metió. Sin embargo el final de todos ellos, ya está decretado en la palabra; cuando leemos que habrá una gran batalla en el cielo; nos podemos imaginar con cuanta vehemencia tratarán de defender esa posición, ya que al salir de allí, iniciará la cuenta regresiva del castigo eterno.
Como el cumplimiento de la sentencia escrita en Ezequiel 28.17 que dice: “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. Ese es el cumplimiento de esa sentencia de hace miles o millones de años que le fue revelada a Ezequiel y se nos revela a nosotros al leerla.
En Apocalipsis 12.9 está el cumplimiento de esa sentencia que dice: “Después hubo una gran batalla en el cielo: Y Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el dragón la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él”.
El anterior pasaje hace referencia a ese momento cuando en un cercano futuro, Satanás con sus ángeles serán arrojados del cielo antes de la gran tribulación, al ser sometidos por el grupo del arcángel Miguel y sus ángeles, y liberar así los cielos de esos seres perversos. Desde ese momento esas mansiones celestiales estarán listas para acoger los redimidos que le fueron fieles y agradecidos.
Es lógico pensar que si esos ángeles caídos con su líder están aún en el cielo su actual morada; ese otro grupo de ángeles, a los cuales se refieren los apóstoles Judas y Pedro sean los que no guardaron su dignidad, y que abandonaron su propia morada.
¿Pueden los ángeles siendo espíritus humanarse?
La palabra no nos da muchos detalles al respeto; lo que sí sabemos es: Primero, que es un grupo que tenían como los demás su morada en el cielo y la abandonaron. Segundo, que no guardaron su dignidad porque siendo ellos seres de más alto conocimiento que los humanos, no se comportaron con la dignidad requerida para su rango. Tercero, que se posesionaron, o se humanaron tomando forma de hombre. Cuarto según lo que nos relata la palabra sedujeron a las hijas de los hombres de aquella generación; “tomando para sí mujeres, escogiendo entre todas”.
A este punto algunos se preguntarán, ¿pueden los ángeles humanarse? Por los relatos que nos proporcionan la palabra de Dios, si pueden. Por ejemplo al leer y analizar el relato de Lucas sobre este tema podemos apreciar lo que acontece y cómo actúan estos demonios y las consecuencias de abandonar su morada y humanarse.
Tenemos el relato de Jesús y sus discípulos, al llegar al sitio donde estaba un endemoniado en Lucas 8.26-31 que dice: “Y arribaron a la tierra de los gadarenos, que está en la ribera opuesta a Galilea. Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros. Este, al ver a Jesús, lanzó un gran grito, y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes. (Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre, pues hacía mucho tiempo que se había apoderado de él; y le ataban con cadenas y grillos, pero rompiendo las cadenas, era impelido por el demonio a los desiertos.) Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él. Y le rogaban que no los mandase ir al abismo”. (Como se dijo no se les permite volver a su antigua morada)
También tenemos otros ejemplos de ángeles que se presentaron en forma de hombre en varias oportunidades, como los que se presentaron a Abraham, en Génesis 18, (aunque uno de ellos era el Señor Jesucristo) Y Abraham pensando que eran seres humanos que venían de lejos, les ofreció agua para limpiar sus pies, y les trajo comida para sustentarse. De la misma manera como se trataba en ese tiempo a todo viajero, antes de seguir su camino. La palabra relata que luego de comer en Génesis 18:16 dice: Y levantándose de allí aquellos varones, dirigieron la mirada a Sodoma, y Abraham fue con ellos para despedirlos.
Y cuando dos de ellos llegaron a Sodoma, al verlos Lot, los trató de la misma manera como si se tratara de comunes viajeros ofreciéndoles comida y alojamiento. Luego cuando los habitantes de Sodoma los vieron les dijeron a Lot: ¿Dónde está los varones que llegaron para pasar la noche contigo? Queriendo tener relaciones con ellos ¿acaso los vieron diferentes de los demás, siendo ellos ángeles? También se le presentó uno a Gedeón mientras él escondía su cosecha de los Madianitas que dominaban en ese tiempo, en Jueces. 6, como también se les presentó otro a los padres de Sansón en el libro de Jueces 13.
ALGUNOS PUNTO PARA ACLARAR. Es propicio el momento para aclarar lo siguiente: Si esos ángeles, eran y son seres eternos, no sujetos a la muerte, ¿que aconteció con ellos durante y después del diluvio? Se iniciará diciendo lo siguiente: sabemos por la palabra que los ángeles son seres incorpóreos; el hecho que ellos tomaron mujeres para sí, y que le nacieran hijos, es lógico pensar que tuvieron que tener un cuerpo humano. Ahora si ese cuerpo era “una transformación de autoría propia, como aconteció con la serpiente en el Edén”, o se apropiaron de un cuerpo humano, non lo sabemos, eso es algo que el Señor nos lo explicará en el futuro.
Sólo podemos entender que eran demonios, de ángeles caídos, y poseían un cuerpo humano, ya que se veían como tales; y actuaron según sus argucias para conquistar las mujeres como dice la palabra “escogiendo entre todas”. Por supuesto que todos esos de una u otra manera no pertenecían a la línea de la generación humana. En apariencia se podía ver normales pero eran de carne extraña. Ahora bien, sean los unos, como los otros, la palabra es muy clara al enfatizar que: “pereció toda carne que se movía sobre la tierra”, así que todos murieron en el diluvio.
La misma palabra nos aclara en Génesis 6 y 7 que toda carne pereció, en el 6.17 dice: “Y he aquí Yo hago caer el diluvio, aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que hay aliento de vida bajo los cielos. Todo lo que hay en la tierra perecerá. En el 7.19-22 Y las aguas crecieron mucho, en extremo sobre la tierra, de modo que quedaron cubiertas todas las altas montañas que están debajo de los cielos. Quince codos más arriba crecieron las aguas, y las montañas quedaron cubiertas. Y, tanto ave como animal y fiera, y de todo bicho que pulula sobre la tierra, y todos los hombres. Todo lo que tenía aliento de vida en sus narices, y todo lo que estaba en lo seco, murió. Y para que no hubiera duda el 24 agrega: “Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días”. BTX3
De manera que así como nuestro ser tiene una parte tangible que es el cuerpo, y la otra intangible que es el alma. De igual manera esos “hijos de Dios”, tenían un cuerpo bien sea propio o poseído. Ellos también tenían esa parte tangible que era el cuerpo, como la otra parte intangible que era la espiritual o “el de ángel”. (No de alma ya que sólo el hombre llega a ser alma viviente por el soplo de Dios).
Es obvio que ambos grupos de cuerpos, sea el de los humanos como de los de los “hijos de Dios” murieron en el diluvio. Luego las almas de los humanos fueron al Hades, y los espíritus de los ángeles recibieron su castigo al ser enviados como ya vimos al Tártaro o abismo; cómo se nos revela en Judas verso 6 y 7 que dice: "y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado (Dios) bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día".
También es bueno aclarar que no faltan en medio del pueblo de Dios, hermanos que tienen temor de orar por alguien que está enfermo, o que tenga un espíritu que lo atormenta; por el temor que el espíritu malo se apodere de él. Como de otros que les tienen miedo a los brujos, al mal ojo, a agüeros, etc. Hay creyentes que piensan de esa manera, y temen tales cosas aunque tengan muchos años en el Señor; normalmente ponen más oído a los relatos fantasiosos, sueños, revelaciones y tradiciones, que a la misma palabra de Dios.
Todo el mundo puede tener un sueño o una revelación y no podemos dudar que lo hayan tenido. Pero si no tenemos el don de discernimiento de espíritu, para saber si lo que nos dicen es de Dios, o es del diablo para confundirnos; recordemos siempre que nuestra única guía de fe es la biblia la palabra de Dios que nunca falla. De todas maneras, donde se nota mucha verborrea, alabándose de ser escogido, de tener revelaciones y sueños; recordemos siempre que el diablo es astuto, y su trabajo es el de confundir a los que son hijos de Dios. Como engañándonos al hacernos creer que todo sueño proviene de Dios, como dice en Jeremías 17.9 “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”
La palabra en Eclesiastés 5.7 nos dice: “Donde abundan los sueños, también abundan las vanidades y las muchas palabras; mas tú, teme a Dios”. (Personalmente a eso de los sueños, yo le agregaría dos cosas más, que son: esas frecuentes expresiones “Dios me reveló, Y Dios me habló”). La Biblia nos habla y nos muestra el camino correcto a seguir que es Jesucristo; todo lo que no enaltezca a Dios procede del mal, todo lo que enaltece el ego humano es del enemigo para confundir. Lo correcto sería decir: “Dios puso en mi mente o me hizo pensar”.
Cuando el pueblo de Israel salió de Egipto y Balac quería que Balaam lo maldijera; Balaam dijo en Num 23.23 “Porque contra Jacob no hay agüero Ni adivinación contra Israel”. Y nosotros somos más que Israel somos como la niña de los ojos de Dios. Los creyentes que piensan de esa manera no han entendido todavía, que somos templo y morada del Espíritu de Dios, que nuestra habitación terrenal (el cuerpo) está ocupado por el Espíritu Santo, Y ¿cómo podría un demonio meterse donde reina Dios con su Espíritu?
Mar 3.27 “Ninguno puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no le ata, y entonces podrá saquear su casa”. ¿Será que piensan que un espíritu satánico puede sacar aquel con el cual estamos sellados desde el día que creímos? Efe 1.13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa.
FIN DE LAS ACLARATORIAS Y REGRESANDO AL TEMA.
Noé, varón justo y perfecto en sus generaciones.
Hay dos afirmaciones muy importantes en la Biblia acerca de Noé, que pueden confirmar la anterior explicación, una está en Génesis 6.8 que dice: Pero Noé halló gracia a los ojos de Dios. Él no se salvó por su justicia, sino por la misericordia que Dios tuvo, y no solamente de él y su familia, sino de todos los que murieron confiando en Dios antes del diluvio. Como también por todos nosotros los que naceríamos después.
Sin embargo, aparte de hallar gracia a los ojos de Dios; Noé tenía otra importante característica que le dio paso, para que Dios lo usara para rehacer toda la raza humana; siendo lo más importante el nacimiento del Redentor. Que sería como se dijo, no sólo para la nueva generación que se formaría por medio de Noé y sus hijos, sino por los muchos que murieron antes de diluvio, siendo obedientes y confiando en Dios. Los cuales habían dejado este mundo y murieron con la esperanza en esa promesa cuyo tipo era el cordero, el cual los redimiría del pecado e de la muerte eterna; a los cuales Dios no los podía dejar avergonzados.
Es por eso que la palabra de Dios revela que al consumar Jesús el sacrificio dando su vida en la cruz, descendió a las partes más bajas de la tierra como dice en 1Pedro 3:19: ”en el cual también fue a predicar a los espíritus encarcelados, que en un tiempo desobedecieron, cuando esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual unos pocos, es decir, ocho personas, fueron salvadas a través del agua.” No es que fue a predicarles a todos los muertos de ese lugar, sino a los de antes del diluvio que no tuvieron una ley, ni escrito alguno o ejemplo para ser enseñado. Sin embargo Noé si tuvo fe creyó condenando de esa manera a los incrédulos. Por supuesto que se presentó dando motivo de alegría, también a todos los que confiaron en Él que murieron bajo la ley; como de tristeza para los desobedientes a la voluntad de Dios.
Este grupo de creyentes que depositaron su confianza en Dios, estaban en el Hades posiblemente como estamos hoy día nosotros esperando el día de nuestra redención. Nos podemos imaginar lo glorioso que fue para ese grupo ver a su Redentor, posiblemente diciéndole a ellos: Heme aquí enviado por mi padre para vosotros en cumplimiento a la promesa de redención que le hizo a Adán mostrándole el sacrificio de ese cordero. Como de la sentencia que heriría al enemigo en la cabeza (Génesis 3.15). Para llevarlos ahora a un nuevo y más elevado lugar preparado para todos vosotros. Desde ese momento el Hades quedó solamente para los que esperan el juicio del gran trono blanco.
Actualmente se está repitiendo la historia.
Se quiere enfocar algo más sobre este tema de Noé, ya que Jesucristo en una de sus enseñanzas dijo que regresaría a esta tierra en un momento que la humanidad estaría como en los días de Noé y de Lot en Sodoma, diciendo en Mateos 24:36: “Pero acerca de aquél día y hora, nadie sabe, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre. Pero como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre; porque como en aquellos días antes del diluvio, estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no se dieron cuenta hasta que el diluvio llegó y se los llevó a todos, así también será la venida del Hijo del Hombre”.
De la fidelidad de Noé da testimonio la palabra de Dios en Hebreos 11.7 diciendo: Por fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de las cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.
En los cien y más años que duró la construcción del arca su fe en Dios no desmayó, permaneciendo como fiel testigo predicando lo que Dios le había encomendado. El mismo no sabía la magnitud de que Dios le anunció que haría, pero obedeció con fe y temor, preparando el arca, que salvaría tanto a él como a su familia del juicio, terminando todo con una gran inundación.
Seguramente Noé le explicaría a muchos de los curiosos que les preguntaban, el propósito de esa arca que él estaba construyendo por mandato de Dios; diciéndole que ese iba a ser el único medio de salvación, para evadir el juicio que vendría. Nos podemos imaginar, las risas y burlas de sus contemporáneos, y otros que por respeto a la seriedad del mensaje de Noé no se burlaban, pero permanecían indiferentes a la comisión Divina dada a Noé.
Seguro estoy que el día que Dios rompió las fuentes del abismo, y abrió las cataratas de los cielos con truenos y relámpagos; al comenzar a subir las aguas, muchos corrieron hacia el arca atemorizados para huir de esa espantosa situación gritando, para que se les abriera la puerta, y en su desesperación golpearon el arca, diciendo: Ábrenos Noé, pero el relato de Génesis 7:16 dice: Que Dios cerró la puerta del arca. Él es paciente y misericordioso pero cuando el cierra nadie puede abrir. Dios le da al hombre toda una vida para acudir a él, pero al morir se cerró la puerta de la oportunidad.
La paciencia de Dios fue por el tiempo que duró su construcción. No pudieron entender, ni siquiera cuando vieron que los animales, siendo seres irracionales comenzaron en parejas a entrar en el arca, sin que nadie los obligara. Ninguno pudo percatarse de la catástrofe que se avecinaba, esa indiferencia ocasionó que todos perecieran. Es extraño que ninguno de esos supuesto “hijos de Dios” de la tradicional enseñanza de los hijos de Set, (aparte de los 8 de Noé) de génesis 6 se salvó del diluvio. Algo insólito porque los que son de Dios, oyen y reconocen su voz, le obedecen y son guardados por Él, como Noé que obedeció y no fue abandonado.
No se quiere terminar esta explicación, sin aprovechar y hacer un paralelo como advertencia, entre aquel mensaje que Dios le encomendó a Noé, y el mensaje que nos ha encomendado a nosotros por su palabra, de predicar las buenas nuevas del evangelio.
Noé predicó por cien años a esa generación, que el único medio de salvación y refugio seguro era el arca; hoy día y por casi 2000 años nuestro mensaje es el mismo, se avecinan días malos y el único refugio seguro es Jesucristo, el arca de salvación de hoy como lo fue la de Noé en su tiempo.
Así lo afirma la palabra de Dios en Hechos 4:12 que dice: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. Solamente Cristo es el arca de salvación, y aunque se burlen cuando decimos que Jesucristo regresará, muchos permanecen indiferentes, otros no lo creen, y otros siguen indecisos; Jesucristo volverá a este mundo y es el único medio de salvación. Que no acontezca como los que buscaron el arca en el último momento cuando el agua comenzó a crecer y no había más oportunidad, ya que la palabra dice: “Que Dios cerró la puerta del arca”.
De este mismo tipo de individuos, que había en los días de Noé, que ninguno de ellos se acercó a Dios, por medio del mensaje de Noé; indistintamente, si creyeron o no, si permanecieron indiferentes, o entusiasmados con la explicación de Noé, hoy día los hay por millones y ellos también sufrirán una gran pérdida de no buscar a Dios mientras puede ser hallado.
Hoy día la historia se repite con algún agravante, ya que han pasado varias generaciones, desde que Cristo murió y resucitó, tenemos relatos escritos de hechos acontecidos, como ejemplo para nuestra admonición, y tenemos la palabra de Dios, que es su mensaje para la humanidad. De manera que ninguno podrá excusarse delante de él, y el mensaje es el mismo. En el tiempo de Noé tenían que acudir al arca para salvarse; hoy hay que acudir a Jesucristo, que es el único refugio, nuestra arca de salvación y el que puede perdonar nuestros pecados.
Al creer de corazón, en Jesucristo y pidiéndole perdón por nuestras faltas y pecados el salvará nuestras almas. La palabra de Dios en Romanos 10.10 dice: Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pareciera que Dios quiere oír esta afirmación de nuestros labios: “Dios mío creo en Jesucristo como mí único medio de salvación, y que le resucitaste de los muertos”. Esta confesión emanada de un corazón sincero y convencido: conmueve de tal manera a Dios que en su misericordia no puede dejar de perdonar a cualquiera que acude a él; y adoptarlo como hijo.
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